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Un llanto a Constantinopla

Actualizado: hace 2 días

Pobre criatura ultrajada, tus murallas lloran, tu suelo, pisoteado por herejes de turbantes, sangra. Hagia Sophia tiembla y ora por el auxilio de Dios. El fénix púrpura llora lágrimas de fuego al verse privado de su nido y San Romano se encuentra derrotado en la puerta. "Aún no sanas tus heridas de ser apartada de tu hogar y de la pérdida de tu glorioso padre, pero no llores, bella Constantinopla, él volverá y saldrá del mármol endurecido y Dios lo elevará portando el águila dorada con la espada de San Miguel Arcángel, y clavará los clavos de Jesucristo en sus turbantes, y los moros huirán temblando al escuchar las trompetas del jinete blanco con el estandarte de los Romanos, y en lo alto, con la luz dorada, marchará tu valeroso padre, Constantino XI, que llorará de júbilo al ver a su amada hija en los brazos de su familia y desde las alturas observará, el gran Augusto acompañado del gran Rómulo y la manzana roja volverá a sonreír."


Poema

Jonathan Ancheta, Alumno de Licenciatura en Literatura y Creación Literaria

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